martes, 24 de febrero de 2009















PERSONA

Nunca debemos olvidar que todos somos habitantes de un mismo mundo, que todos somos personas. Únicamente somos un trozo de vida, la parte más viva del gran universo. Nuestras diferencias son simplemente aquellas barreras que nosotros mismos imponemos. Para algunos esas barreras son inexistentes, pues consideran que lo único importante es ser persona; sin embargo, otros prestan mayor atención al lugar de nacimiento, el color de la piel o las creencias religiosas. No debemos permitir que estas cuestiones superficiales pesen más que el simple hecho de ser una persona.

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