martes, 24 de febrero de 2009















PERSONA

Nunca debemos olvidar que todos somos habitantes de un mismo mundo, que todos somos personas. Únicamente somos un trozo de vida, la parte más viva del gran universo. Nuestras diferencias son simplemente aquellas barreras que nosotros mismos imponemos. Para algunos esas barreras son inexistentes, pues consideran que lo único importante es ser persona; sin embargo, otros prestan mayor atención al lugar de nacimiento, el color de la piel o las creencias religiosas. No debemos permitir que estas cuestiones superficiales pesen más que el simple hecho de ser una persona.

IMAGINE



MIEDO

Hoy día aún resulta difícil imaginar un mundo en el que la esclavitud, el hambre o las diferencias sociales y raciales no se encuentren a la orden del día; un mundo donde la religión o el poder no constituyan la base de la sociedad. Diariamente se nos bombardean con noticias sobre guerras por religión, sobre conflictos provocados por dominar el mercado petrolífero, sobre disputas o incluso asesinatos por racismo o violencia de género. Pero existen algunos valientes soñadores que no creen que imaginar un mundo en el que los valores dominantes sean la paz y la justicia sea completamente imposible, que no tienen miedo a dar el primer paso para hacer del mundo un lugar mejor. Y aunque haya algunos que no nos entregamos completamente a esta causa, al menos no somos el mero observador pasivo que ni si quiera se atreve a levantar la voz.